La Prueba.
Se preguntaba que estaba haciendo ahí
Sus labios secos y agrietados no
podían articular las palabras
Miró el reloj que en lo alto de la
pared, parecía hacer jugar al minutero con la firmeza de una pieza raveliana.
Intentó concentrarse en las imágenes que pasaban velozmente por las autopistas
del cerebro, sin resultado
Solo la veía a Nélida que le había
impulsado a dar la prueba
Se conocieron de chicos en los juegos de la plaza del
barrio.
Mientras su
mente traía los recuerdos, sentía la impaciencia en los tres pares de ojos que
aguardaban su respuesta, a la vez que el enrojecimiento le pintaba las
mejillas.
Desentendiéndose del problema siguió
evocando sus encuentros con la mujer de su vida, el primer beso y el inicio con
el sexo. El rubor volvió a aparecer acompañando a la leve elevación de su
pantalón.
Ahí entonces y mirando fijamente a quienes aguardaban su respuesta, tomó
coraje y con una sonrisa se adelantó y les dijo:
Perdón, pero me olvidé la letra
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