Cuento
Encendía la tarde el
reverberar de un sol cansado sobre los cristales del antiguo palacio. Algunos
pájaros parecían flotar en el aire
desafiando la agilidad de sus alas, en una tarde que invitaba a la
noche.
ray llarvi feb 2019
Los árboles son de terciopelo
El parque iba ganando espacio con el destierro de los
últimos visitantes.
Algunos besos dados con el espasmo agónico de la pasión
debajo de árboles de terciopelo que parecían proteger a los amantes de miradas
ajenas. Me resistía a
marcharme en una tenaz porfía entre el ocio y del deber,
jugando que era chico y debía esconderme. De a poco me fui alejando de los que procuraban
la salida y me perdí por un sendero, rodeado de lilas y fresnos, estos empezaban
a ponerse el ropaje de otoño .Sentía la sensación que excita los sentidos
cuando se transgreden las normas, no me importaba, era lo suficiente viejo para
estar filosofando con Nietzsche sobre el bien y el mal. Además la aventura era
mi edad el mejor orgasmo permitido. Caminé durante un trecho mientras la noche
quería hacerme compañía, hasta que mis piernas reclamaron que debía sentarme
El banco gris, perdido, me estaba esperando
cuando de pronto escuche dos disparos a
poca distancia que me clavaron en el piso. El grito de una mujer fue ahogado por una bandada de pájaros
que pretendían no ser testigos de lo
ocurrido. Cuando me repuse, recordando a
mi esposa, que siempre me recomienda llevar mis pastillas. no hizo falta que mi
bolsillo fuera testigo de mi olvido. Emprendí el paso con lentitud, el temor me
sirvió de compañía. Luego de caminar un trecho me detuve ante unas manchas de
sangre que estaban por el suelo. Les seguí el rastro que me llevó al castillo
de cristal y no vi nada, me pareció escuchar unas voces jóvenes que se alejaban
y dude que hacer. Me coloqué las gafas y
al mirar las escaleras que conducen al monumento, entonces la vi allí, tirada
mirándome como preguntando ¿Por qué? La levanté, la abrace contra mi pecho, sus
alas dejaron de latir. Contuve las lágrimas y la furia se apoderó de mí, intenté
correr .Estaban lejos pero vos vi tomados de la mano, mientras él con la otra
sostenía un rifle y le decía-No llores, es solo una paloma. El frío y la oscuridad se asociaban y mientras buscaba la salida
deposité al ave sobre un banco. Al
llegar a la puerta los árboles comenzaron agitarse, entonces vi que una
paloma blanca, volaba a refugiarse entre sus copas de terciopelo.ray llarvi feb 2019
Comentarios
Publicar un comentario