Cuento

"El hombre de la chaqueta gris"



EL HOMBRE DE LA CHAQUETA GRIS

Cuando lo vio aparecer en el bar luciendo una brillosa chaqueta gris con ribetes rojos, sintió que lo conocía desde siempre. El hombre le sonrió tendiendole la mano y el permaneció sentado, solo atinó a responder al saludo
-¿Puedo sentarme? Le dijo con una voz metálica e impersonal y agregó:
Cuando te vi supe que eras hijo del ferretero de Monte Chingolo.
Sí le respondió,  pero no sé quien sos
-Alguien que conoció a tu viejo-Contestó
No podía desentrañar el enigma, solo le preguntó
-¿Y a mí de dónde me conocés?-
-Desde que eras chico y jugabas con las cosas del negocio-
Solo intercambiaron pocas palabras mas .El desconocido le dijo que había lamentado la pérdida de su padre, que era un cabrón idealista y no merecía haber muerto. El no le agradeció, apenas le estiró la mano
Los recuerdos jugaban al ajedrez en su cabeza y tenía miedo de mover las piezas. Recordó que debía ir a ver a su madre, pagó el café y salió a la calle en una noche fría en el que las primeras gotas saltaban en la vereda como en la rayuela.

Sofía era una mujer aún joven a la que la vida le había arañado el alma
-¡Qué alegría hijo! Pensé que me tenías abandonada. El le dio un beso y le recitó el consabido-Vieja, siempre lo mismo, ¿No sabés que laburo todo el día?
Se quedó a cenar omitiendo el encuentro con el desconocido. Después del
café, la madre  lo llevó al dormitorio que había compartido con su padre mientras le decía que tenía una ropa que quería se probara. 
Sobre la cama algunas prendas y entre ellas una que lo sobresaltó, la chaqueta gris igual a la que llevaba el extraño individuo. La madre no le dio lugar a preguntarle
-Era de tu padre, pensé que podías usarla, él se la puso una sola vez cuando salía con los muchachos de recorrida
-¿A dónde iban vieja?
-Iban a visitar a los presos porque estaban en una asociación por los derechos humanos-
El corazón le latía al compás de los recuerdos que como en una película le aparecieron de golpe. Una noche después de cenar llamaron a la puerta y su padre se apresuró abrirla .El, que tendría unos cinco años, se asomó detrás de la pollera de su madre y pudo ver como el desconocido apuraba a su papá porque llegaban tarde. Vió como este besaba a la madre y ella se quedaba con la chaqueta en la mano reclamándole que la llevara. No volvió a verlo.
Después ya adolescente, la tía Mimí empezó a desenredar la madeja de lo ocurrido. De un armario trajo un periódico donde en la tapa estaba el rostro de su padre con la leyenda:  
Subversivos abatidos en Monte Chingolo
La pregunta de su madre lo volvió a la realidad- ¿Qué te pasa Pablo?
-Nada vieja, estaba pensando que la chaqueta está pasada de moda.-
Se despidió dándole un beso y salió a encontrarse con un cielo de estrellas
Mientras caminaba, reconoció al desconocido y  pensaba  la última jugada
No tuvo dudas, en el próximo encuentre le iba a formular una sola pregunta
¿Vos, porqué  todavía seguís vivo?
JAQUE MATE

ray llarvi oct.2018
















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